Reflejo vulvoanal

En 1877, Gustav Voigt propuso que con reflejos de la periferia al centro, el flujo de sensaciones se mueve a lo largo de las fibras nerviosas por el camino de menor resistencia. Al desarrollar esta idea en 1902, Liebeau explicó la existencia de reflejos condicionados en la rana: la irritación del centro salival discurre a lo largo del nervio, que normalmente toma el camino de menor resistencia: desde el ganglio a través del nervio. Esto provocó una reacción en cadena de los impulsos nerviosos, que luego se materializó en la secreción de las glándulas implicadas en la estimulación de la salivación incondicional.

En 1899, la fisióloga francesa Camille Vogt (Leiboisier, 1536) intentó explicar la capacidad de las ranas para realizar una “digestión nerviosa”. Demostró que su rana distinguía muchas sustancias aromatizantes y que la saliva contenía glándulas exocrinas, según Carel, capaces de concentrar sustancias aromatizantes. Davy y Menton muestran que la amplificación del sentido del gusto se produce mediante el nervio y que el órgano gustativo de la rana representa el sistema nervioso en su conjunto, que incluye los órganos de los sentidos. Pero debido a la excitación del sistema alimentario, la sustancia que pasa por el estómago todavía no provoca actividad contráctil. Vogt explica este fenómeno por el hecho de que la sustancia también llega a los nervios que conectan con otra parte del cuerpo y, por tanto, no puede provocarlos.