Ligamento cricoaritenoideo posterior

El ligamento cricoaritenoideo posterior (lat. l. cricoarytenoideum po sterius, pna) es uno de los ligamentos pares de la laringe. Conecta la superficie posterior del cartílago cricoides con el cóndilo del cartílago aritenoides.

El ligamento cricoaritenoideo posterior, junto con el músculo aritenoides posterior, asegura la abducción del cartílago aritenoides hacia afuera, lo que conduce a la expansión de la glotis durante la inspiración. Así, este ligamento juega un papel importante en la respiración al permitir el paso del aire a los pulmones. El daño o debilitamiento del ligamento puede provocar problemas respiratorios y de voz.



El ligamento cricoides posterior prominente (nombre latino: ligamentum cricoaryoideum post., nombre griego: πύλωμα κρικής αράχνιον πάσσου) es un cordón denso de estructura ósea entre la superficie posterior del hueso cricoides y el ligamento de unión esternotiroidea, que a menudo también se llama esternotiroideo. ligamento.

El ligamento tiene forma arqueada, está ubicado en el lado ligeramente cóncavo de la base de la laringe, lo que facilita presionar y fijar la glándula tiroides durante la contracción de los músculos del aparato vocal. Anatómicamente, esta ubicación del ligamento es muy importante, ya que permite la capacidad de mantener la movilidad del cartílago tiroides y, por tanto, el desarrollo del habla en el niño al nacer. Con su borde lateral, la aducción del ligamento no afecta al nervio facial suprayacente, por lo que el habla en los recién nacidos se desarrolla correctamente. En la vejez, el ligamento se atrofia ligeramente, razón por la cual muchas personas, incluidos los adultos, experimentan el llamado "ceceo" senil en la pronunciación de los sonidos.

El ligamento elíptico tiene asas gruesas y anchas ubicadas en la parte media de la región tiroidea-hioidea. Realiza las importantes funciones de conectar dos huesos para formar un anillo cerrado y evita que la laringe sobresalga de la boca al tragar. Gracias al ligamento anterior, la mandíbula inferior forma una curva lordótica (“protuberancia”) con el hueso tiroides y el arco anterior, que estabiliza la laringe durante los movimientos de respiración y deglución.

Cuando se lesiona el ligamento, el canal laríngeo se expande debido a la división del hueso. Signos de daño: tos seca, dificultad para respirar, ronquera hasta pérdida de la voz. El tratamiento puede incluir intervenciones conservadoras y quirúrgicas.