Abasia

En 1957, investigadores australianos descubrieron una enfermedad cuyas causas no estaban claras durante mucho tiempo. La enfermedad se expresó en parálisis del nervio facial, causada por daño a sus neuronas motoras y manifestada por atrofia motora y sensorial de los músculos faciales.

Se encontró que el paciente tenía protrusión de los globos oculares (exoftalmos), aumento del lagrimeo, sequedad de boca, cierre frecuente de los párpados y ptosis (caída del párpado superior).

El término "abasia" se aplica no sólo a los defectos de la marcha, sino también a los cambios generales en los movimientos: limitación del movimiento, característica de los pacientes encamados (no levantarse de la cama, etc.).

En el pasado, el término "apocrenia" reemplazó a otro fenómeno: el letargo y la enfermedad infecciosa difteria. También puede ser causada por una lesión de la médula espinal, caracterizada por la pérdida de la marcha natural, comenzando



¿Qué es la abasia?

AbAsia (del griego ἀβάσις - “ausencia del habla paso a paso”) es un cese o interrupción involuntario del habla estando despierto. Una persona tiene la sensación de que debido al estrés, el miedo, la ansiedad o el cansancio, las palabras y los sonidos de repente dejan de pronunciarse. La lengua continúa moviéndose hacia arriba y hacia abajo, pero no emite ningún sonido. La duración de abAsia puede variar desde 1 segundo hasta varios minutos. La frecuencia de aparición del trastorno también varía: en algunas personas aAsia ocurre con regularidad, en otras ocurre muy raramente. Al mismo tiempo, durante abAsias la gente habla mentalmente, sin acompañamiento de voz. Esto distingue a abAsia de la disartria, en la que la función (pronunciación de sonidos) sufre principalmente, pero el habla puede ser comprensible; esta diferencia permitió desarrollar criterios de diagnóstico para abAsia. Una persona que padece abAsia puede describir sus condiciones con palabras y sentimientos:

– la mayoría de las veces abAsia acompaña a una ansiedad severa, cuando una persona piensa que permanecerá en silencio durante mucho tiempo para siempre, perdiendo la capacidad de hablar. Con tensión física, la lengua se niega a moverse en la dirección deseada, aunque conserva la capacidad de indicar direcciones (hacia abajo o hacia arriba). En este caso, la persona no pierde la voz y puede hablar mentalmente o en un susurro para sí misma. Durante abAsia, una persona se muestra deprimida y molesta y expresa miedo o vergüenza, tratando de ocultar la pausa que se produce en la conversación;

– en abAsia, como resultado de un ataque de dificultad para hablar, una persona puede detener o interrumpir su discurso. En caso de ansiedad o síndrome de mutismo selectivo, abAsia puede provocar una pérdida total de la capacidad de hablar, hacer largas pausas entre palabras o frases, pronunciar frases individuales e incluso palabras.

¿Cómo procede AbAsia?

AbAsia a menudo puede ocurrir desde la infancia y generalmente desde una edad temprana. En las primeras manifestaciones, los signos de aAsia se parecen a la logoneurosis, aunque muchos pacientes informan que no experimentan dificultades para escribir. En los niños, el acompañamiento somático de aAsia suele ser pronunciado: palidez de la cara seguida de enrojecimiento, sudoración en la frente, temblores intensos, náuseas y ganas de toser. A menudo, durante los ataques de aAsia, aparecen manchas azuladas en la piel y también se puede formar acné rojo en la cara. A veces, abAsia se acompaña de salivación excesiva, distorsión de la articulación o movimientos caóticos de la lengua. Todas las manifestaciones se basan en una inadaptación temporal de la respiración sin la capacidad de captar el flujo de aire durante el habla o comprender en qué momento es necesario detenerse y luego respirar. Además, los movimientos del habla de la lengua se interrumpen, como si estuvieran "privados de voluntad".