Síntoma de Gurevich

El síntoma de Gurevich es un signo clínico descrito por el cirujano soviético Nikolai Ivanovich Gurevich en 1881. Este síntoma ocurre cuando el bazo está dañado y puede usarse para diagnosticar esta afección.

El síntoma de Gurevich está determinado por la presencia de dolor en el hipocondrio izquierdo, que se intensifica al presionar la zona del bazo. Esto se debe a que cuando se daña, el bazo se vuelve más sensible a la presión y esto provoca dolor.

Este síntoma lleva el nombre de Nikolai Ivanovich Gurevich, el cirujano soviético que lo describió por primera vez en 1901. Gurevich fue uno de los primeros en estudiar la cirugía abdominal y hepática, y su trabajo fue de gran importancia para el desarrollo de este campo de la medicina.

El síntoma de Gurevich es un signo diagnóstico importante de las lesiones abdominales, especialmente cuando el bazo está dañado. Puede utilizarse para determinar la gravedad de la lesión y seleccionar la estrategia de tratamiento correcta.

En conclusión, el signo de Gurevich es un signo clínico importante que se utiliza para diagnosticar lesiones esplénicas. Este síntoma puede ayudar a los médicos a determinar la gravedad de la lesión y elegir la estrategia de tratamiento adecuada.



**Síntoma de Gurevich**

El síntoma de Gurevich, el oftalmoscopio, lleva el nombre del destacado oftalmólogo N.I. Gurevich, un cirujano soviético que desarrolló un tipo de anestesia espinal mediante el método epidural. Se propone un síntoma para identificar daño a la retina del fondo de ojo, un síntoma de isquemia retiniana, determinando su púrpura visual, así como los límites de la zona del campo visual afectada por las células-receptores ganglionares de la retina. Generalmente se manifiesta por la presencia o ausencia de un halo alrededor del disco óptico.

_**Descripción del síntoma**_ Gurevich o el método de perimetría utilizando un ángulo de espejo es el método más sencillo para determinar los campos visuales. Se mantiene un espejo a cierta distancia de los ojos del paciente, con la imagen reflejada de una linterna blanca en ambos lados, similar a una “obturadora periscópica”. Entre los espejos se inserta un trozo de papel negro de unos 2 cm de ancho, el paciente mira el puntero, con movimientos peristálticos bajo el control de las superficies del espejo hacia arriba y hacia abajo, gira el cuerpo (los segmentos de la cabeza y el cuerpo se giran 30 –40°), provocando la rotación de las superficies reflectantes de los espejos, desplazando el foco limitador que se encuentra en el foco del puntero perimetral. El médico percibe el movimiento de la linterna, su aproximación y distancia, monitorea el movimiento del borde de su área blanca y negra y el tiempo de este movimiento. EN