Enrojecimiento (Rubor)

El enrojecimiento es el primer e importante signo de inflamación que acompaña a cualquier daño tisular. Suele determinarse utilizando diversos colorantes y observando la aparición de nueva pigmentación resultante de la respuesta inflamatoria entre la sangre y los tejidos. Este proceso se caracteriza principalmente por la dilatación de los capilares que impregnan los tejidos con un fuerte aumento del flujo sanguíneo hacia ellos y, por tanto, del flujo de plasma hacia la zona afectada, seguido de la formación de nuevo tejido de colágeno, histamina y citocinas proinflamatorias. Por ejemplo, cuando aparecen úlceras, heridas, en áreas dañadas de la piel, se produce la expansión de los vasos capilares, así como un aumento del lecho capilar, el desarrollo de abrasiones y micronecrosis. Y al finalizar el proceso inflamatorio, se forman nuevos tejidos conectivos.



El enrojecimiento es un concepto común en medicina, especialmente en dermatología, que se refiere a cambios visuales provocados por procesos inflamatorios. Este es uno de los cinco signos clásicos que acompañan al desarrollo de la inflamación. Los otros cuatro signos incluyen fiebre, dolor, hinchazón y pérdida de función. Normalmente, estos signos indican la presencia de una infección o una afección inflamatoria.