Barrera hematoarticular

La barrera hematoarticular es un mecanismo que evita que agentes infecciosos entren en la cavidad articular. Consta de varias capas: barrera hematoencefálica, endotelio, membrana sinovial, cartílago y tejido conectivo.

La barrera hematoencefálica es una barrera entre la sangre y el cerebro. Protege el cerebro de infecciones y toxinas que pueden entrar a través de la sangre. El endotelio es una capa de células que recubre los vasos sanguíneos. La membrana sinovial es la capa interna de la cápsula articular que cubre el cartílago y el tejido conectivo. El cartílago y el tejido conectivo son los componentes principales de la articulación y proporcionan su movilidad.

Cuando una articulación se infecta, las células inmunitarias migran del torrente sanguíneo a la articulación y comienzan a combatir el agente infeccioso. Sin embargo, para llegar al agente infeccioso, las células inmunitarias necesitan cruzar la barrera hematoarticular. Esto puede tardar varios días o semanas, según la gravedad de la infección y la fortaleza del sistema inmunológico.

Si la infección no se elimina durante este tiempo, puede extenderse a otros órganos y sistemas del cuerpo. Por lo tanto, es importante tratar las infecciones articulares lo antes posible para evitar que la infección se propague a otras partes del cuerpo.



Barrera hematoarticular.

El espacio hematoarticular es el límite anatómico y fisiológico entre la sangre y el tejido conectivo en la unión de los huesos y los tabiques intermusculares. En este espacio se forma la hematocalcina que, junto con otras sustancias biológicas, mantiene la homeostasis óptima de la articulación.

Las arteriolas, los vasos sinoviales, los vasos linfáticos y las terminaciones nerviosas forman un gran sistema circulatorio. Los vasos venosos sirven para eliminar la sangre que contiene productos de desecho de los tejidos y músculos circundantes. Los procesos inflamatorios pueden alterar el suministro de sangre a la articulación, lo que se manifiesta en síntomas clínicos. Los septos intermusculares son estructuras cilíndricas formadas por fibras de colágeno que se encuentran en estado de maduración embrionaria, es decir, en forma de gel. Se ajustan firmemente al átomo de los tejidos adyacentes, proporcionando una baja permeabilidad.

Esta interacción se llama sistema hemoarticular. La presencia de mecanismos anatómicos y fisiológicos para separar la sangre y sus componentes tisulares asegura varias fases del ciclo de vida articular: morfogénesis y regeneración. Durante las etapas de la ontogénesis, la función del espacio hematoarticular es mantener la fisiología placentaria, controlando el paso de anestésicos y proteínas a través de la vasculatura hacia la articulación. El espacio hematoarticular separa anatómicamente el líquido articular de la sangre materna. La concentración de glucosa y otras sustancias útiles en este líquido es mayor que en la sangre de la madre.