Cigoto: de “mora” al embrión

Después de la fertilización, cuando el material genético del espermatozoide complementa el contenido nuclear del óvulo para formar una célula con 46 cromosomas, la célula resultante, el cigoto, se envía al útero, donde reside y se desarrolla durante nueve meses.

A medida que avanza hacia el útero, el cigoto se divide y forma un conglomerado denso de 16 o 32 nuevas células: una mórula, similar a una mora.

2 blastómeros
4 blastómeros
8 blastómeros
32 blastómeros
mórula
blastómeros

Los blastómeros, células mórulas, secretan un líquido seroso que llena el interior del conglomerado y forma una cavidad en él. En este estado, la blástula, un organismo primitivo similar a una bola hueca, se adhiere a las paredes del útero. La implantación (introducción en la pared del útero) se produce al sexto o séptimo día después de la fertilización.

En el útero, las células continúan fragmentándose y comienzan a especializarse para luego crear todos los tejidos y órganos del embrión, el futuro cuerpo humano. En la tercera semana aparecen estructuras que forman diversos órganos, el esqueleto, los vasos sanguíneos y el sistema nervioso.