Encefalocele

Un encefalocele es una anomalía congénita del desarrollo neurológico en la que el cerebro sobresale a través de un defecto en el cráneo. Esta condición puede deberse a que el tubo neural no se cierra durante la embriogénesis.

Los síntomas del encefalocele pueden incluir dolor de cabeza, convulsiones y problemas de visión, audición y coordinación. En algunos casos, puede producirse hidrocefalia, una acumulación de líquido en el cerebro.

El diagnóstico de encefaloceles se realiza mediante tomografía computarizada o resonancia magnética. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el bulto y restaurar la integridad del cráneo.

El pronóstico de los pacientes con encefalocele depende de la gravedad de los síntomas y la presencia de comorbilidades. Algunos pacientes pueden experimentar un deterioro significativo, pero con tratamiento y rehabilitación oportunos pueden lograr una calidad de vida satisfactoria.



**Encefalocele** es una enfermedad congénita poco común caracterizada por el derrame de contenido intracraneal a través de un defecto en el tejido cerebral. Esta es una de las formas de hernia craneal. Generalmente se clasifican como hernias intracraneales en el sentido de que el contenido del cerebro o el líquido cefalorraquídeo se escapa bajo presión a través de un defecto en el revestimiento del cráneo hacia cualquier área dentro o cerca del cráneo. Para determinar si el defecto es una patología primaria del cerebro o el resultado de una intervención neuroquirúrgica, se utilizan los términos "encefalomielocele" y "mieloencefalocele". El diagnóstico de "encefalhélico" es extremadamente raro. En la mayoría de los casos, la apófisis occipital tiene un diámetro limitado y relativamente pequeño. La protrusión por encima del nivel del hueso occipital no causa hidrocefalia, ya que el cerebro compensa la deficiencia de líquido cefalorraquídeo. Algunos casos pueden provocar parálisis de los nervios craneales, principalmente los nervios craneales caudales superior e inferior. Este defecto suele observarse en jóvenes de entre 2 y 5 años. Posteriormente se suturó el cráneo con suturas apretadas para evitar abscesos purulentos. En el primer año de vida, esta operación fue exitosa. A esto le siguió una septicemia cerebral grave, que condujo al desarrollo de parálisis espinal. Posteriormente, el niño desarrolló un hematoma.