Megacarioblasto

Un megacarioblasto es una célula precursora de una célula formadora de plaquetas: un megacariocito. El megacarioblasto está presente en el tejido hematopoyético de la médula ósea. Se forma a partir de una célula madre hematopoyética y en el proceso de maduración, sin pasar por la etapa intermedia (promegacariocito), se convierte en un megacariocito. Así, el megacarioblasto es el precursor del megacariocito, responsable de la formación de plaquetas.



El megacarioblasto es una célula precursora de los megacariocitos, que a su vez producen plaquetas. Los megacarioblastos se forman a partir de una célula madre hematopoyética en la médula ósea y son la etapa inicial del linaje de megacariocitos.

Externamente, los megacarioblastos son de tamaño bastante pequeño y contienen uno o dos núcleos. Poseen un citoplasma granular con muchos orgánulos como mitocondrias, ribosomas, cuerpo coeruleus y retículo endoplásmico.

Durante el proceso de diferenciación, los megacarioblastos pasan por varias etapas de desarrollo. La primera etapa es el promegacariocito, que se diferencia aún más en un megacariocito. Al final, los megacariocitos se dividen en miles de fragmentos que se convierten en plaquetas.

Los megacariocitos son las células más grandes de la médula ósea y tienen hasta 64 núcleos. Contienen una variedad de vías de señalización intracelular y factores de crecimiento que regulan su diferenciación y función.

Las funciones de los megacarioblastos y megacariocitos no se limitan a la producción de plaquetas. También participan en la regulación de la hemostasia, la respuesta inmune y la angiogénesis. Las alteraciones en el desarrollo y función de los megacariocitos pueden provocar diversas condiciones patológicas, como trombocitopenia, trombosis y trastornos hemorrágicos.

Por tanto, los megacarioblastos y los megacariocitos desempeñan un papel importante en la hematopoyesis y en el mantenimiento de la salud del organismo en su conjunto. El estudio de sus propiedades y funciones puede conducir al desarrollo de nuevos métodos para tratar diversas enfermedades asociadas con trastornos de la hemostasia y trombocitopenia.



El megacarioblasto es un precursor de las células plaquetarias: los megacariocitos. Se encuentra en las capas germinales de los órganos. Los precursores se distribuyen en diferentes áreas del cuerpo y la médula ósea; las células madre que preceden a la serie eritroide se encuentran en los pulmones y el hígado, y los linfocitos T y B se encuentran en los órganos hematopoyéticos del cuerpo. En todas las etapas de la ontogénesis, la médula ósea es el centro de proliferación o diferenciación de las células madre. Este órgano se regenera constantemente en el cuerpo a partir de los cuatro años de edad a un ritmo mínimo de aproximadamente un núcleo por minuto. La restauración de la médula ósea depende significativamente de la cantidad de precursores hematopoyéticos producidos en ella por las células madre. Las células madre y su diferenciación juegan un papel principal en la maduración y diferenciación.

Los megacarioblastos, como muchas otras células hematopoyéticas, sufren un alargamiento radial y circulan en el sistema sanguíneo. Forman la pared endotelial de los vasos sanguíneos y se asientan en el área de formación de la hemostasia y desarrollo del sistema inmunológico. Los megacariocitos también se encuentran en la médula ósea roja y la placenta de los mamíferos.

Un acontecimiento importante en el estudio de los megacarioblastos fue su descripción por parte de la escuela rusa de hematólogos. La formación de megacarioblastos fue notablemente diferente de la de megacariocitos y linfoblastos, los precursores de los leucocitos. En los años 20 del siglo pasado, A. A. Maksimov y sus colegas escribieron sobre la abundante generación de eritroblastos a partir de ganglios megacariotrofoblásticos de la médula ósea megaloplásica en personas con un contenido muy alto de hemoglobina y que los megacarioblastos con algunas formas de granulocitos detectados no son típicos. Se ha establecido que en las primeras etapas de maduración de los megacarocitos se observa una linfocitosis pronunciada de la sangre de los megacarocitos, que pertenecen a los agranulocitos.

En la literatura existen descripciones aisladas de formaciones de las llamadas fases intermedias entre megacarcioblastos y megacaricitos. Pero la cuestión de tal fase no quedó aclarada. Sólo en los años 50 se obtuvo una explicación concluyente de las diferencias microscópicas e histoquímicas entre megacarioblastos y megacariobites. Para este último, se propuso una nueva característica micromorfológica: una fuerte disminución de la cromatina nuclear, acumulación de grandes nucleolemas y sizigias terminales en el núcleo. Más tarde, Ya.P. Denisyuk creyó que la cromatosis de neutrófilos, eosinófilos y células monocitopeptídicas es un signo fiable de su contenido eritroide. Si bien los primeros intentos de identificar la conexión entre los megacariobablastos y sus formas diferenciadas son conocidos en el extranjero, aparecieron entre 30 y 40 años después de la descripción del nuevo tipo de precursores. La cuestión del origen de los megacarbohidratos fue resuelta por los hematólogos estadounidenses G. Mann, M. Kadel y otros. El descubrimiento permitió fundamentar la clasificación morfológica y funcional en múltiples etapas de las células mi.