Osteodistrofia biliar

La osteodisplasia de los conductos biliares es una enfermedad sistémica rara que se caracteriza por la aparición de focos de atrofia y osteoporosis en el cuello de la vesícula biliar.

En 1959, el cirujano alemán Graeb argumentó que los pacientes con colelitiasis a menudo presentan hiperhiperosis biliar espontánea, lo que provoca una alteración en la homeostasis de las sales de calcio. Bajo la influencia de estas manifestaciones, las sales biliares ingresan al hueso periprostático, provocando una deposición anormal de cal. Sin embargo, después de un tiempo, el tejido patológico es reemplazado por tejido óseo, restableciéndose así la homeostasis. Estos cambios están asociados con un proceso inflamatorio crónico y esto, a su vez, provoca la activación del gen que controla la regeneración de los osteoblastos.

Según la teoría de Graeb, la osteodisplasia de las vías biliares también puede ser causada por factores hereditarios, lo que se confirma con casos de la enfermedad en niños de varias generaciones. Quizás este efecto secundario sea causado por deformaciones congénitas de la vesícula biliar o cambios en su estructura. Los principales factores de riesgo son cálculos biliares, necrosis general de las válvulas de las vías biliares por pancreatitis prolongada, colitis crónica y discinesia biliar.

La patología ocurre de dos maneras. Solo puede ser visible mediante métodos instrumentales y atrofia gradualmente la membrana mucosa de los conductos biliares y el tejido óseo. En este caso, el curso de la enfermedad es asintomático, solo se pueden observar cambios en la radiografía. El tejido óseo primero se espesa, luego se encoge gradualmente y aparecen calcificaciones punteadas y en bandas en el moco.